Todo cristal de cuarzo o gema nos enamora por su belleza. Se siente una especial conexión y se genera un vínculo bien especial. Cada piedra tiene un propósito, nos llega para sanar, meditar, para tenerlo en el altar personal, realizar trabajos energéticos, canalizar o protección.
Recibes las piedras en diferentes formas: las adquieres
comprando, te lo regalan, cuando viajamos o las heredamos. Al recibir o adquirir la piedra debes “Bendecir
y dar gracias” por llegar a nuestras vidas.
Confía en tu mineral si llego a ti, no es por casualidad,
no esperes expectativas, ni creencias, solo fluye, observa los cambios o
señales que inicias en tu vida.
Protege tu mineral y lo guardas en bolsitas en tela
natural tales como seda, algodón, cuero o lino.
Los minerales deben ser recargados con la luz solar y luz
lunar sobre un plato de vidrio o de barro. Permitiendo todo un día y noche para
que se impregnen de la energía.
Periódicamente se limpian los minerales de diferentes
formas según su composición cristalina, los que no se pueden aplicar agua y sal
se puede usar con otros elementos: el aire, el humo del incienso o por encima
del fuego.
Agradecida,
Sylvia Rodríguez