Navidad, la mayor fiesta cristiana tanto en el Cielo como en la Tierra. A veces nos ocupamos de desvirtuar el valor añadido a las cosas tomando como referencia sus orígenes, y es fácil decir que ésta inspiradora celebración del Mundo Cristiano no proviene de las verdaderas enseñanzas crísticas. Sin embargo, cada 8 de Diciembre empieza un ciclo de 28 días, el cual comienza con la celebración de la Inmaculada Concepción de María y termina con la visita de los Reyes de Oriente, y en cuyos días la Energía del Amor Incondicional ocupa la mente y las emociones de millones seres humanos. Esta actividad es como un cono que impulsa la presencia dejada en la Tierra por el Maestro del Amor Incondicional, el Cristo Jesús. Es una gran celebración, la trascendencia de la Navidad llega a límites incomparables, de no existir esa Caridad desarrollada durante esos días, el planeta Tierra podría encontrarse en una situación más agravante de la que os parece está en estos momentos. Es tan importante esta celebración, que a pesar del exceso y confusión de su sentido, aún así logra un efecto calmante y regenerador de la violencia expandida por el planeta.
El compromiso vuestro ante la Navidad está claro, vivir esta celebración con los más altos conceptos espirituales y cristianos, en perfecta armonía con todos los reínos de la Tierra, y con todos los planos.
La celebración de la Navidad contempla también el cierre y apertura de un nuevo año solar cristiano que también es planetario. La llegada de cada cíclo de 12 meses es otro momento importante, y sus festejos deben incluir pensamientos y afirmaciones de bienestar para todo lo que habita en cualquier lugar de la Tierra. No olviden repicar campanas, éstas invitan a la Paz, lo demás invoca a la guerra. Que en vuestras mesas esté presente la ofrenda equilibrada, y que vuestras sonrisas reflejen el Amor del Cristo.
Feliz Navidad
Referencia: Zakhia