Al exterior, estas parecen ser unas “piedras”
que muchos le otorgan el calificativo de “mágicas, místicas o míticas”, raras
en su conformación, pero también a las que se les teme. Esto último tiene su
fundamento cuando los conquistadores del viejo continente llegan a las tierras
nuevas de la luego Nueva España y se admiran de que los antiguos mexicanos
adoraban a esta piedra ya que se le asociaba a los dioses creadores como
Tezcatlipoca, quien portaba un espejo de obsidiana en su pie. O bien se le
asociaba a Huehueteotl, el dios del fuego a quien se le confesaban los pecados
ante una hoguera con la presencia de un “sátrapa” quien fungía como el
confesor. En la actualidad es curioso como se conserva esa memoria y para los
habitantes de México, y especialmente la gente muy religiosa, esta piedra
aparece como la “piedra del demonio”. Epíteto que tampoco parece raro para
quien ha leído la obra de Fray Bernardino de Sahagún, quien calificara a esta
piedra como tal – la que los prehispánicos llamaron “La Esmeralda Negra” por su
intenso brillo- . Sucede que solo en México se infundio este miedo, herencia de
la obra de los misioneros españoles quienes tenían como misión destruir las
creencias religiosas existentes por aquellas que ellos defendían.
Es por eso que en México, aun cuando parece una
contradicción, la obsidiana que fue una piedra sagrada, luego de la conquista
se convirtió en la tan temida “piedra del demonio”. Este comentario viene al caso,
al recordar las palabras de Jung quien se especializo en el significado de los
símbolos y de ahí nacieron los arquetipos, obra avanzada y de vanguardia, que
hoy día nos regresa a pensar lo útil que está siendo en este momento
relacionarse a estos, ya que cada día resultan estar mas olvidados. Jung mismo
dijo y comento que no sabría que era lo que le depararía a la humanidad cuando
se acabaran de extirpar los símbolos de la vida del ser. Sería el fin de la humanidad, ya que esta,
perderá (si no es que ya está ahí) el sentido de la vida ante la inexistencia
de estos. Fue Amenhotep II quien homogenizo los símbolos llevándolos a un
significado universal que aplicaría a todos los niveles de la humanidad. Y el
valor de este, descansa en la importante base que se conformó con los estudios
que posteriormente Jung desarrollara para crear su “simbología de transformación”, que es la manera en que hemos
estudiado todos estos y posteriormente y de ahí nace la psicología
transpersonal.
En esta dimensión del más allá, donde no
conocemos, donde no recordamos, donde no sabemos nada de nosotros mismos, se
encuentra toda la información, y la sabiduría de esta piedra tallada en las
Geometrías propuestas en las obras que he publicado al cabo de los años. Esta
información que surge de la “sombra”,
desde el inconsciente que asemeja un mar infinito o un cosmos eterno es desde
donde los egipcios y Jung descifraron estos significados para nosotros a través
de dichos símbolos. Hoy día estos están plasmados en estas Geometrías de Obsidiana que por ser una piedra psíquica, es capaz de
“poner afuera” aquello que tenemos dentro, muy profundo en esa sombra. Cada
Geometría representa un aspecto nuestro, y a nivel de humanidad, de forma
universal. Los símbolos son en sí una forma de vibración que si se materializa
se puede ver desde este afuera que es lo que hay en nuestro interior.
Así, las Geometrías de Obsidiana resultan una
herramienta sumamente valiosa para todo aquel que desee conocerse, dar pasos en
la vida en conciencia para aspirar a la sanación que es la iluminación. Aquella
de la que hablo Jung, que se puede construir desde un andar tan cotidiano que
resulta tan revelador día con día. Las Geometrías de Obsidiana conforman así,
un mundo que mora en el interior del ser en nuestra sombra, pero que pueden
mirar afuera desde esta posibilidad de existencia en las Geometrías de
Obsidiana. El hecho de limpiarlas cada
luna nueva, luna de drenaje, con el agua con sal marina, bajo los influjos
de la luna, ya conforma un ritual ancestral de conocimiento alquímico, donde
esta purificación es la misma que hacemos con nuestros pensamientos, con
nuestra palabra, y acciones (recordemos la Ley Universal “como es adentro es
afuera”).
Cada una de ellas, que entra a la sal, es una
parte nuestra que se purifica. Lo mas asombroso es que en cada luna nueva, se
va limpiando esa parte nuestra tanto con el trabajo realizado con esta, como
con el agua y la sal. Meter las Geometrías en esta purificación, es meter esas
partes nuestras a purificación desde este ser, desde este cuerpo y corazón. Así
también, cada vez que ponemos las
obsidianas a cargar bajo la luna llena y en seco, estamos recibiendo
los influjos de la luna llena que viene a infundir a nuestras Geometrías esa
fuerza del inconsciente, en esta potencia del sentir y en esta profundidad
de nuestros ancestros!! No se diga el trabajo que se hace con cada una, que nos
puede llevar no solo a mirar esta sombra o los contenidos que emergen desde el
inconsciente, sino que esta proyección, al movilizar esta energía hacia afuera
del ser, que permite percatarse de la información que emerge, funge como una
liberación o purificación de aquello que el individuo necesita no solo conocer
sino dejar salir, dejar ir, hacer consciente y en otras palabras, purificar.
La visión de la proyección que produce el
correcto trabajo con las Geometrias de Obsidiana nos puede llevar a una
profundidad muy importante y trascendente en el cambio que requiere el
individuo en el transito del autoconocimiento que en última instancia, es la
sanación. Sin embargo, solamente se lograra con una correcta guía, experta en
el manejo de estas maravillosas herramientas de la sombra, para que no quede en
una simple limpieza energética estéril y que solo refleje un buen
funcionamiento físico, ya que eso solamente es el principio del verdadero
sentido de la existencia de la obsidiana en la tierra.
Referencia: Ana Silvia Serrano. Veinte años de
trabajo con las Geometrías de Obsidiana que surgen desde sus inicios realizados
a través de las canalizaciones y la práctica en su clínica.
Sylvia R.