Los sahumerios y las vibraciones de sonido se utilizan también para eliminar informaciones “adheridas” indeseadas. En muchas culturas se hace uso de ambos métodos de forma habitual, incluso combinando ambos, con el fin de purificar de forma exhaustiva objetos, espacios, el aura y el cuerpo. Por esta razón también resultan aconsejables en la limpieza de piedras.
Determinadas hierbas, maderas y resinas poseen una propiedad altamente purificadora. El enebro cuyo nombre significa “árbol alegre y lleno de vida” resulta especialmente indicada para limpiar piedras, una mezcla muy efectiva formada a partir de las puntas del enebro y algo de sal del Himalaya. La mezcla se espolvorea sobre un trozo de carbón de sahumar y al ser quemada produce un olor resinoso y especiado. Si colocamos las piedras sobre el humo desprendido durante dos o tres minutos se empezaran a eliminar las informaciones extrañas acumuladas. Esta mezcla purificadora ahumadora puede adquirirse en tiendas especializadas. Hay otras clases de maderas, hierbas y resinas de gran utilidad. En PR se utilizan varias hierbas por tradición y cultura tales como yerba buena, menta, albahaca blanca y morada, ruda, etc. Algunos han adoptado tradiciones shamánicas o de filosofías budistas y han utilizados su hierbas. Las resinas de “Los Tres Reyes” es el mas popular para los boricuas por su combinación y aroma.
Los cuencos tibetanos actúan de una forma parecida sobre las piedras a purificar. Las oscilaciones de sonido intensas limpian las piedras en dos o tres minutos, cuando tocamos con cuidado el cuenco o a través de frotamiento con el bolillo consiguiendo un tono constante. El tamaño y la tonalidad del cuenco no son determinantes en su efecto. Incluso piedras de gran tamaño que necesiten una limpieza y que no quepan en un determinado cuenco pueden ser purificadas, si movemos el cuenco tibetano alrededor de la piedra numerosas veces.
Bendiciones de Luz Cristalina, Sylvia Rodríguez
REFERENCIA: Michael Gienger