En procesos de meditación, los cristales son un excelente instrumento debido a sus cualidades vibratorias y de sintonía. Ayudan a superar los obstáculos, a conseguir el estado de concentración y a sintonizarse con estados de conciencia más elevados.
El objetivo generar estados de armonía y balance perfectos a través de nuestra propia voluntad, y de entrar en contacto con esferas y dimensiones superiores se ve favorecido por el uso de cristales que al entrar en contacto con el individuo cuando han sido programados, detectan los desequilibrios de energía y los sincronizan y corrigen.
Los cristales son puentes que permiten acceder a diferentes estados de conciencia y conectan las esferas espirituales, ayudan a enfocar los objetivos, a retener la información y a experimentar profundos y avanzados estados de trance. A través de estos estados armónicos de conexión con el universo, logrados con mayor facilidad si se utiliza un cristal, se puede conocer la información de todos los planos temporales humanos o de otra naturaleza. Todo ello se logra gracias a su perfecta armonía y sincronía con el esquema universal de la perfección en el alma creadora que permite intercalar los arquetipos de existencia física, mental y emocional. Como son receptores, canalizadores y potenciadores de energía y cumplen una función organizadora de la misma, amplifican las fuerzas y corrientes energéticas universales permitiendo concentrar, incrementar y focalizar inmensas fuentes de energía material, espiritual, mental, psíquica de la imaginación y del mundo onírico.
Podemos agregar que el uso de un cristal en cualquier proceso de meditación ayuda a lograr, con mayor velocidad y precisión, la relajación física y mental, la percepción, claridad, discernimiento necesarios. Además contribuye a controlar los procesos de respiración indispensables para lograr los objetivos de la meditación.
Bendiciones de Luz Cristalina,
Sylvia Rodríguez