La historia muestra como en la antigüedad y durante mucho tiempo, en todas las áreas de la humanidad, los cristales formaron parte de procesos mágicos y religiosos: los egipcios se mostraron muy interesados por la minería y los faraones lo utilizaron en sus ropajes, joyas y objetos de poder, en vida y en muerte; hay referencias, por crónicas de aquella época, de que los elegían de acuerdo con su personalidad y los ponían en sus momias a fin de mantener la energía suficiente para llegar al otro mundo.
Los caldeos y los asirios, gracias a su desarrollo en el arte de la astrología, definieron que cristales y gemas correspondían a cada signo astrológico. Los aborígenes australianos los aplicaron con el objetivo de incrementar los poderes de los hechiceros, brujos y chamanes de las tribus. Los taoístas usaron el polvo de diversas gemas a fin de obtener la inmortalidad. Los reyes hindúes emplearon las más finas y mejores gemas para evitar el sufrimiento y gozar de mayor longevidad y poder. Los indios americanos utilizaron los cristales para predecir el futuro (cristalomancia) y controlar las actividades diarias de siembra, recolección y ganadería.
Algunas tribus mexicanas consideraban, e incluso consideran hoy en día, que las almas de los seres mas evolucionados reposan en cristales preciosos, después de su muerte y que quien halle dichos cristales tendrá poderes mágicos sobre el espíritu y el cuerpo de otros seres humanos, poderes que le permitirán sanar, guiar y convertir sus sueños en realidad. Otras culturas los usaron para comunicarse con seres de otras dimensiones (ángeles, guías espirituales, muertos brujos y extraterrestres).
En forma paralela, pero con mayor dificultad para instaurarse, se utilizaron con fines médicos de sanación y prevención: la medicina tradicional china (MTC) empleo los polvos de diferentes cristales, piedras y gemas como medicamentos. Los hindúes desarrollaron técnicas para armonizar los chakras y los canales energéticos del cuerpo humano con fines de sanación mental y física. Muchas de las antiguas culturas usaron los cristales como amuletos para disminuir la sintomatología de ciertas enfermedades, para prevenirlas o para sanarlas.
La evolución permitió que paulatinamente este mundo mágico-medico-religioso diera paso a usos terapéuticos, en épocas modernas, y a las aplicaciones de la tecnología: las medicinas alternativas desarrollaron técnicas como la cristaloterapia o gemoterapia para prevenir, curar o detener enfermedades físicas, mentales y emocionales, con base en las investigaciones y tradiciones de varias culturas, entre ellas los mayas, incas, los indios americanos y los atlantes quienes utilizaron los cristales para diagnosticar y tratar enfermedades.
Bendiciones Cristalinas,
Sylvia Rodríguez