Un cristal personal es aquel mineral por el que se siente una especial conexión y se genera un vínculo especial. Se utiliza para meditar, para tenerlo en el altar personal, canalizar o para hacer trabajos energéticos. Los cristales personales son aquellos que llegan a tu vida para traerte una enseñanza determinada: la de encontrar, fortalecer o equilibrar la propia luz interna. A través de una comunicación energética podemos ir averiguando para qué nos sirve su ayuda. Suelen ser cristales o piedras de tamaño relevante, de aspecto poderoso o mágico, en el sentido de que, independientemente de su forma, color y aspecto, nos parece especial: pueden ser tallados, facetados, pulidos, totalmente en estado natural, minerales, cristales o piedras, pero generalmente lo que se define como cristal personal es un cristal de cuarzo especial en tamaño, forma, belleza y transparencia.
Para que un cristal sea considerado personal, se tiene que sentir un vinculo especial con el y por él. En este sentido se pueden tener muchos cristales personales. El vínculo con los minerales es especial: se siente en el corazón, es integrar su vibración, sus cualidades, su don particular. Los minerales, su estructura, pertenecen a la geometría mas sagrada de este planeta y solo reflejan nuestras cualidades y dones desde su propio reino: el mineral.
El ser humano esta formado también por minerales, por geometría sagrada, por vibración, por energía de luz. Los cristales de sanación son resonadores que por ley de afinidad facilitan que se exprese con mayor facilidad y apertura nuestra propia esencia cristalina. Integrarlos a que formen parte de nuestra vida de forma consciente, es su ayuda, su presencia, teniéndolos presentes, sin obsesiones ni supersticiones, de forma natural, por propia decisión, porque el impulso de tu naturaleza te dice que te atraen, por que el mineral es bello, porque tiene color, forma y luz, porque resuena contigo y tu con él, porque te gusta tenerlo cerca, llevarlo puesto, colocarlo bajo la almohada para dormir, situarlo en la jarra de agua para beber su vibración, sostenerlo en tus manos para meditar, mirar, reconocer su maravilla…. Comunicarte con tu esencia a través de un código que tu alma y tu corazón conocen y que, aunque tu mente te diga que solo es una piedra bonita, tu sentimiento te dice que es algo más, mucho más y al final, tarde o temprano, descubres que tu no los eliges a ellos, sino que hay un vínculo especial que hace que lleguen a tu vida, una mirada a un mineral que te llama y en pocos minutos está entre tus manos y luego en tu hogar, es decir en tu corazón, en tu vida y se convierte en un compañero de presencia.
Inicias tu aventura con un pequeño cuarzo, luego te interesaron otros de distintos colores y formas, de lugares y de cada viaje o excursión y empezaste a dedicarles un lugar o varios lugares especiales en tu casa, habitación y te das cuentas que ellos te eligen a ti. Haz una introspección, piensa, siente observa, ¿cómo llegaron a tu vida? ¿Cómo has cambiado? Cómo te has vuelto una persona diferente a la de antes de que entraran en tu vida… Seguro eres más cristalino, más transparente, más alegre, más realista y más positivo. No es un milagro que obren los cristales, ya que ellos solo son resonadores de tus propias capacidades, cualidades y luz. Pero ahora lo sabes, y eso es lo importante.
Para que un cristal sea considerado personal, se tiene que sentir un vinculo especial con el y por él. En este sentido se pueden tener muchos cristales personales. El vínculo con los minerales es especial: se siente en el corazón, es integrar su vibración, sus cualidades, su don particular. Los minerales, su estructura, pertenecen a la geometría mas sagrada de este planeta y solo reflejan nuestras cualidades y dones desde su propio reino: el mineral.
El ser humano esta formado también por minerales, por geometría sagrada, por vibración, por energía de luz. Los cristales de sanación son resonadores que por ley de afinidad facilitan que se exprese con mayor facilidad y apertura nuestra propia esencia cristalina. Integrarlos a que formen parte de nuestra vida de forma consciente, es su ayuda, su presencia, teniéndolos presentes, sin obsesiones ni supersticiones, de forma natural, por propia decisión, porque el impulso de tu naturaleza te dice que te atraen, por que el mineral es bello, porque tiene color, forma y luz, porque resuena contigo y tu con él, porque te gusta tenerlo cerca, llevarlo puesto, colocarlo bajo la almohada para dormir, situarlo en la jarra de agua para beber su vibración, sostenerlo en tus manos para meditar, mirar, reconocer su maravilla…. Comunicarte con tu esencia a través de un código que tu alma y tu corazón conocen y que, aunque tu mente te diga que solo es una piedra bonita, tu sentimiento te dice que es algo más, mucho más y al final, tarde o temprano, descubres que tu no los eliges a ellos, sino que hay un vínculo especial que hace que lleguen a tu vida, una mirada a un mineral que te llama y en pocos minutos está entre tus manos y luego en tu hogar, es decir en tu corazón, en tu vida y se convierte en un compañero de presencia.
Inicias tu aventura con un pequeño cuarzo, luego te interesaron otros de distintos colores y formas, de lugares y de cada viaje o excursión y empezaste a dedicarles un lugar o varios lugares especiales en tu casa, habitación y te das cuentas que ellos te eligen a ti. Haz una introspección, piensa, siente observa, ¿cómo llegaron a tu vida? ¿Cómo has cambiado? Cómo te has vuelto una persona diferente a la de antes de que entraran en tu vida… Seguro eres más cristalino, más transparente, más alegre, más realista y más positivo. No es un milagro que obren los cristales, ya que ellos solo son resonadores de tus propias capacidades, cualidades y luz. Pero ahora lo sabes, y eso es lo importante.
EL CRISTAL PERSONAL MAS IMPORTANTE NO ES MATERIAL: ERES TU….
Bendiciones de Luz,
Sylvia Rodríguez